Una relación se basa, entre otras cosas, en la confianza. Necesitamos tener la certeza de que podemos contar con determinado recurso y que no nos defraudará. En el caso de los vehículos, les confiamos muchas cosas de valor, siendo quizá lo de mayor importancia el trasladar a nuestros seres queridos. Por lo tanto, debemos sentirnos seguros del automóvil que utilizamos.

Lo expresado anteriormente, no significa que debamos cambiar el coche cada vez que se averíe, porque lo más probable es que eso no sea factible y tampoco es lo razonable. Toda clase de máquina se daña, se repara y se sigue utilizando. El problema está cuando las reparaciones no son suficientes y se tenga la noción de que algo sigue mal y que ello representa un peligro para los ocupantes y hasta para otros seres ajenos, que por mala suerte se crucen en el momento de un incidente.

Motivos para desconfiar de un coche

Cuando no se realizan los mantenimientos indicados por los fabricantes, estamos jugando a la ruleta rusa; aunque no sea algo inminente, vamos matando de a poco al motor y a otros sistemas de gran relevancia para el funcionamiento y seguridad vial; actuar preventivamente, es lo más sabio. En consecuencia, si no ha dado los cuidados oportunos a su coche, no espere a que este le sea muy fiable.

Las revisiones rutinarias también juegan un papel fundamental. Si usted sale de su casa y ni siquiera ha revisado el nivel de los fluidos, puede tener una sorpresa muy desagradable durante su recorrido. Igual pasa con la presión de los neumáticos y con las conexiones de la batería, solo por nombrar ciertos puntos básicos de atención.

Si su coche es muy viejo, debe estar consciente de que su vida útil no es eterna y que con el pasar del tiempo, habrán muchas piezas con desgaste que quizá ni lo sepa. Hay partes del coche que no ameritan una sustitución periódica, sin embargo, como todo, se van deteriorando y pueden representar una potencial amenaza.

Otra razón para desconfiar de un vehículo, es cuando ha pasado por uno o más accidentes de tráfico. Ello va a depender de la magnitud del siniestro y de las piezas que hayan sido afectadas en el impacto. Así como también, de cómo se llevó a cabo la reparación, en cuanto a los recambios utilizados y a la calidad del trabajo de los profesionales de la mecánica y de los arreglos estructurales.

Si ya no confía en su coche y su decisión es “vendo coche desguace”, busque un sitio especializado, en donde le ofrezcan tasación gratuita y que se encarguen del procedimiento para darle de baja ante la GGT. Quítese un quebradero de cabeza y conduzca un vehículo en el cual se sienta plenamente seguro.